En los 90, Hollywood se permitía ciertas locuras encantadoras. Mezclaba géneros sin complejos y nos regalaba películas tan peculiares como entrañables.
Poción de Amor Nº9 (Love Potion No. 9, 1992) es una de esas joyas que parecen salir directamente de un laboratorio de comedias románticas… con un poco de alquimia, algo de ciencia… y mucho corazón.
La premisa más loca (y más divertida)
Paul (Tate Donovan) es un científico tímido y torpe con las mujeres. Diane (Sandra Bullock, en uno de sus primeros papeles protagonistas), también científica, es su compañera de investigaciones. Un día, tras una consulta casi desesperada a una pitonisa (la gloriosa Anne Bancroft), reciben una sustancia llamada «Poción de Amor Nº9».
Una gota en la boca… y quien les escuche hablar se enamora irremediablemente.
Lo que sigue es un cóctel de enredos amorosos, experimentos que se les van de las manos, reflexiones sobre el deseo y la atracción, y una carrera por descubrir si el amor verdadero puede fabricarse… o si, como siempre, aparece cuando menos lo esperas.
Una comedia romántica con alma de ciencia ficción
Lejos del típico romance azucarado, Poción de Amor Nº9 se atreve a coquetear con el absurdo. Tiene diálogos ingeniosos, situaciones tan delirantes como divertidas (¡una escena de laboratorio convertida en comedia sexual!) y una mirada muy noventera sobre las relaciones humanas y el deseo.
Sandra Bullock brilla en su papel, demostrando ya entonces ese carisma natural que la llevaría al estrellato. Y Tate Donovan, con su mezcla de torpeza y ternura, es el perfecto compañero de fórmula.
La película es una cápsula del tiempo que recuerda esos años en los que la comedia romántica no tenía miedo de salirse del molde. Donde los guiones jugaban con ideas arriesgadas y los efectos secundarios del amor podían venir en frasco pequeño.
Un clásico de culto para corazones nostálgicos
Puede que Poción de Amor Nº9 no fuera un éxito de taquilla estruendoso en su día, pero con los años se ha ganado un espacio en el corazón de los fans de la comedia romántica de culto. Es una de esas películas que ves por casualidad en una tarde de domingo y acabas recomendando con una sonrisa.
Y si eres de los que, como nosotros, creen que el amor también puede encontrarse en una estantería de cine… no hace falta beber ninguna poción: solo tienes que añadir la edición en Blu-ray a tu colección:
